Pensaba encontrarme una recopilación de cuentos de hadas clásicos, de los de toda la vida y me he llevado una grata sorpresa (aunque pensándolo bien, ¿cuándo un libro no es una grata sorpresa?).
El tomo que viaja estos días, línea 6 arriba, línea 6 abajo no es otro que El cuarto de las hadas, de Madame d'Aulnoy (1650-1705), poetisa y novelista francesa que introdujo en la nobleza de su país el gusto por los cuentos de hadas. Sus relatos tuvieron tanta aceptación como los del mismo Perrault.

El primero de los cuentos se titula Gata blanca. Es la historia de una preciosa princesa, sobre la que recaen las consecuencias del mal comportamiento de su madre. Será separada de su familia en su más tierna infancia, y criada por hadas y brujas en una torre sin accesos con la única compañía de un loro y un perrito. Pronto aparecerá en escena un joven príncipe que sin remedio quedará prendado de tan linda damisela en apuros, sin embargo este amor juvenil no llegará a buen puerto ya que las brujas enfadadas de la osadia de la joven la transformarán en una gata blanca, y así permanecerá hasta que la llegada de otro apuesto príncipe la libere de su embrujo. Hasta aquí es un cuento muy tradicional, y que nos recuerda otros muchos cuentos de princesas encantadas, la sorpresa me la llevé al final, cuando aparece ¡cómo no!, el príncipe azul. Leamos lo que la independiente princesa comenta con el padre del futuro novio:

"Señor- le dijo ella-, no he venido aquí para quitaros el trono que tan dignamente ocupáis. Nací dueña de seis reinos, permitidme que os ofrezca uno de ellos y daré otro tanto a cada uno de vuestros hijos. Por recompensa no os pido más que vuestra amistad y a este joven príncipe por esposo. Nos bastará con tres reinos. "

Y esto escrito en el siglo XVII, pero no era el príncipe quién salvaba a la princesa y la llevaba a su reino?. Será que nos contaron sólo cuentos?.