Mi naranjo

Veamos, tareas pendientes desde el último post...leer algún libro infantil juvenil, vale. ¿Libros leídos desde entonces que sean de esa categoría?...umm, lo sé!!!!, lo siento!!!! Lo reconozco, me he enganchado a la saga vampírica de True Blood. Hola, soy eva, y soy vampiroadicta. Pero no es para tanto, también he leído una secuela de Orgullo y prejuicio, escrita por Coleen McCullough, en la que se cuenta qué fue de las hermanas tras las maravillosas bodas de las mayores, tras su lectura nunca volveré a pensar en Darcy como antes... snif. Ejem, que lo estoy arreglando ¿no? También he devorado las hojas de un libro pequeñín que cuenta una historia de lo más entretenido, un chico encuentra a una chica, pero se conocen sólo a través del mundo virtual, es decir sólo se escriben mails!! uau!!, super original verdad? Acaba de salir publicada la continuación, Cada siete olas de Daniel Glattauer, y ya la he empezado. A pesar de todo no puedo huir de mis obligaciones, y entre libro y libro, cuentos cortos y relatos, de Cortazar y de una escritora brasileña llamada Nélida Piñón.
Por si fuera poco durante este mes pasado además, viajé a Jordania, pasé una noche en el desierto, me bañé en un mar sin vida y no comí cuscus. A mi regreso cambié de casa, y ahora tengo a mi cuidado un naranjo, un pequeño limonero y algo todavía sin identificar, por si alguien sabe qué puede ser, pongo una foto. Ah!! y otra cosa buena, por fín tengo un horno, así que ahora sólo me faltan las fresas.



Come, reza, ama, ama, ama!!

En esta entrada voy a desviarme un poco de lo que es la tónica del blog, es decir literatura infantil y juvenil, buf, ¿el motivo?... bueno sinceramente, llevo prácticamente todo el mes de septiembre leyendo, pero otro tipo de libros, de esos que llamamos "de adultos". Al terminar de leer varios de ellos me he dado cuenta que me identifico con los, mejor dicho las protagonistas, y me entran unas ganas terribles de hacer cosas, de investigar, de estudiar, de aprender, de viajar, de seguir creciendo en definitva. Con Los ojos amarillos de los cocodrilos deseé reanudar los estudios de historia medieval, de paleografía y hundirme de lleno en el estudio de los manuscritos de la biblioteca donde trabajo. Ahora mismo con Come, reza, ama me ha sucedido algo similar. Por supuesto viajar, pero eso no me viene tras leer este libro, que narra el año sabático de una escritora (Elizabeth Gilbert) y sus viajes y descubrimientos a través de Italia, India e Indonesia, viajar viene de mucho antes, pero sí me ha despertado el querer hacer yoga. También lo tenía antes pero ahora con el añadido de querer aprender mucho más, no sólo de ir a las típicas clases donde realizas algunas asanas, y ya está, quiero más, quiero adentrarme en ese mundo y aprender. Me ha pasado también, sobre todo durante su viaje a Italia, que se me han acrecentado las ganas de cocinar, ojalá tuviera un horno!!, quiero hacer este maravilloso pastel de fresas!!, de momento hoy me he contentado con las lentejas...

Curiosamente también me ha llamado la atención que en ambos libros la protagonista es una mujer con pareja que acaba quedándose sin pareja, que además pasa una muy mala racha, que tiene la autoestima por los suelos y que termina siendo inmensamente dichosa sentimentalmente hablando..... ummm, vale de esto también me han entrado unas ganas tremebundas. Así que con ganas de todo espero que la próxima vez me entren ganas de leer un libro juvenil!.

La evolución de las especies

Hace ya más de dos semanas que terminé de leer La evolución de Calpurnia Tate de Jacqueline Kelly, libro que me enamoró desde que lo ví en la librería por su llamativa portada amarilla, no tenía muy claro si era un libro eminentemente juvenil, o más bien destinado al público adulto.
Tras leerlo una se da cuenta de que es de esos libros que no tienen edad definida, ni incluso época o moda definida, no se le puede incluir en esos libros que entran todos en la moda del momento (por ejemplo libros vampíricos). Es de los que estarán ahí para siempre porque es una historia divertida, entrañable, tierna, deliciosa en fin... leyéndolo me transportaba a cuando era niña y leía, qué digo!! devoraba los libros de los cinco, o El jardín secreto.
Calpurnia, una niña de once años y protagonista de esta novela vive rodeada de chicos porque ella es la única hija de una familia que cultiva pacana en un pequeño pueblo rural de Texas, es por ello que desarrolla una gran curiosidad por la naturaleza que la rodea. Vivirá junto a su abuelo, que la iniciará en las teorías darwinianas, una serie de exploraciones del mundo natural que haran que se plantee un futuro diferente del que sus padres desean para ella, basado en la creación de una familia, y el aprendizaje de las tareas domésticas que una buena señorita debe conocer.
Leyendo este libro vuelves a ser niña, es verano y cuando todos descansan en la hora más calurosa del día escapas de casa, para bañarte en el río, o para seguir las huellas de algún animal, o sencillamente para mirar el cielo y contar cuántos pájaros pasan por sobre tu cabeza... o coges las bicicleta dispuesta a llegar más lejos de lo que nunca antes llegaste, alejándote peligrosamente de casa, de la seguridad y lanzándote a la aventura, sientiendo que todo el mundo está frente a ti para que lo descubras. Aunque ahora que lo pienso, tal vez ya no utilice la bici pero sigo teniendo el mundo delante de mí con tantas maravillas por descubrir.

Más cuentos

En estos días calurosos en los que a según qué horas del día apetece hacer menos que nada, excepto sentarse a la sombra de un gran árbol, con un libro entre las manos y el piar de los pájaros de fondo... os propongo de nuevo un juego de adivinanzas.
¿A qué cuentos pertenecen estas preciosas ilustraciones?


























Para l@s que quieran seguir investigando en est@s ilustradores tan geniales, aquí os dejo algunos enlaces a sus webs personales y a sus obras.

Anne Aubry, Pavel Tatarnikov, Kang San, Kestutis Kasparavicius, Quentin Gréban

Saramago

¿Y si las historias para niños fueran
de lectura obligatoria para los adultos?

¿Seríamos realmente capaces de aprender
lo que, desde hace tanto tiempo venimos enseñando?
José Saramago

Canciones

Locuras

La casa tapiada

Es un pueblo pequeño, perdido entre el mar y las montañas, donde los turistas no se atreven a subir. Los únicos extranjeros que viven en él, son unos pocos artistas, sobre todo pintores que buscan el silencio, orden y reposo que el pueblo ofrece, además de su extraordinaria belleza. Es una mancha blanca en la ladera de la montaña, una aldea de nombre Altea, venerable, pura y orgullosa de sí misma. De calles estrechas, empinadas y empedradas, casas amplias, desde cuyas ventanas se ve en lontananza el mar, que parece elevarse hacia el cielo. Cuando cae la noche, los azules se entremezclan haciendo imposible distinguir donde acaba el mar y donde el cielo.

En el pueblo casi todos los habitantes son pescadores, aunque también hay alguno que cultiva en pequeños huertos, o quien tiene grandes extensiones de almendros. A pesar de que allí no nieva nunca, en los primeros meses del año, la nieve cubre por completo la ladera de la montaña, con una blancura rosácea que hiere los ojos cuando se la mira.

Una de las cosas más asombrosas de allí además de la tranquilidad, que se rompe, todas las mañanas cuando las mujeres salen de sus casas, con la cesta para ir a la playa a comprar el pescado recién salido del mar, y roto también por rumores de aleteos y trinos, mezclado con alguna campana de la iglesia, que domina la villa como un fuerte castillo con su gran cúpula azulada, como para protegerla de un posible Neptuno que surgiera del mar cautivado por la hermosura de la doncella y decidiera raptarla, llevándosela al fondo del mar cual Atlántida, pero más pequeña; la otra cosa admirable es el absoluto sosiego con que ocurren las cosas, como si todo estuviera ensayado de antemano, nada que se salga de lo corriente, nada que pueda alterar la calmada existencia de los aldeanos.
Sólo una vez que yo recuerde, el aire deshabitado de las callejuelas, se llenó del alborozo y algazara propia de niños pequeños cuando se les regala una bonita muñeca o algún juguete. Esto fue cuando la perra mestiza del señor Miguel dió a luz cuatro cachorros mestizos a los que no pudo cuidar porque murió poco después; la gata parda de la señora María acogió las crias, y las amamantó con la leche que tenía para sus pequeños, que también murieron al poco de nacer.
Esto alteró la vida pausada del pueblo, fue un hecho muy importante, recordado siempre con alegría, aunque también quizás con una cierta vergüenza por los gritos y canciones que se cantaron aquel día, puesto que esto iba en contra de la ley del pueblo, la continua siesta de las voces.
Otra de las cosas excepcionales del lugar son sus estrellas, luceros de noche, en el cielo y diamantes de día en el mar, unos acompañando a la luna, y otros al sol.
Pero a pesar de todo esto el pueblo esconde manchas negras, no se ven a la primera ojeada, pero se las puede observar huidizas por las esquinas y plazas. La mayor de todas ellas, fue la semana tormentosa como aquí es recordada, yo no estaba entonces pero un compañero mío escritor lo vivió y me la narró así.

En la calle contigua a la iglesia, que sale directa a la plaza mayor, hay una casa encalada, modesta, que en nada se diferencia de las demás, si no fuera por quien en ella vive; es la vieja Ignacia, no señora Ignacia sino vieja, muchas veces pregunté el motivo de aquel calificativo, que a pesar de ser cierto, no se le pone a otras ancianas, nadie supo o quiso responderme. Las mujeres, las más viejas sobre todo evitan pasar por allí, y esto ha hecho que se llame a la calle, la de los gatos, pues allí nadie sale a molestarlos con cubos de agua o gritos. La vieja Ignacia no es viuda, ni casada, vive sola, en realidad no del todo sola, eso al menos es lo que dice, vive con fantasmas de un pasado, vive con libros, miles y miles de libros ocupan las habitaciones de la casa, libros en los suelos, en mesas, sillas, estanterías, camas y en cualquier lugar de la casa, ella vive en la imaginación, ella es la única mujer en el mundo que ha muerto y ha nacido más de cien mil veces, ella es los libros, ella es heroína, amante, madre, hija, asesina y las mujeres distintas de cada libro. Ella no vive en la aldea, vive en Oriente, en una isla del Pacífico, en colonias misioneras, en orfanatos, en cualquier lugar menos allí.

Cada tarde la vieja Ignacia sale a dar un corto paseo por la playa, ve la puesta de sol y la salida de la luna. Nadie le habla, a nadie habla, no molesta ni la molestan, a los hombres les hace gracia, a los niños les encanta, las mujeres la odian. Nunca preocupó a nadie hasta que llegó el día en que su mundo irreal se transformó en el real, y el real en el irreal, las personas del pueblo se convirtieron en personajes de las novelas, y en vez de en sueños empezó a hablar en realidad. Confundía pescadores con aguerridos guerreros medievales, a niñas con huérfanas, a embarazadas con doncellas abandonadas, a jóvenes con apuestos amantes, y a mujeres con damas de alta alcurnia.
Su casa era una choza de campesinos, y la iglesia, el castillo del señor que se enamoró de la joven campesina. Cuando esto ocurrió el silencio se cubrió de palabras sin sentido y arcaicas, ya no hablaba ella, hablaban los libros. Las madres advirtieron a sus hijas de que sería peligroso para sus nietos, los niños tendrían miedo y, no se atreverían a salir a jugar. Las mujeres hablaron con sus maridos sobre esto, no se ponían de acuerdo, ellos pensaban que jamás haría daño a nadie. Palabras groseras, ofensivas cruzaron el aire y acusaron a Ignacia que no podía defenderse pues ya no se encontraba allí. Al final acordaron que la dejarían una semana más y si algo ocurría, la llevarían a un hospital o asilo.
Durante esa semana, una tormenta crecía sobre el pueblo, el odio saltaba, mordía arañaba, las viejas criticaban e infundían temor en sus hijas que no se atrevían a preguntar de donde provenía aquel odio tan profundo. Ni las viejas hablaban de ello aunque todas conocían lo que era, el secreto del pueblo, la mancha negra.
Ignacia siguió con sus libros y terminada la semana nada grave había ocurrido, la blancura inmaculada del pueblo seguí intacta. Las mujeres carcomidas de odio y venganza no podían dejar pasar esa oportunidad. El día séptimo al llegar la madrugada se reunieron frente a la casa y decidieron entrar donde jamás hubieran soñado hacerlo, no decían que iban a a hacer pero lo tenían muy claro en la mente. Sus negros vestidos las confundían entre las sombras, un aire frío, helado les revolvía el cabello, como un augurio. Entraron en la casa, los libros por el suelo, abiertos o cerrados por los peldaños, subieron la escalera y pasaron al salón. En otros tiempos había sido un gran salón decorado con elegantes figuras traídas de países lejanos, con un gran balcón adornado con geranios rojos, que daba una bella vista de la doble luna que había esa noche en el cielo mar.

Ella estaba en la mecedora de madera que aún se movía mecida por la brisa, quizás por el impulso de un último balanceo. El libro que se encontró en su regazo era de Shakespeare, Romeo y Julieta, además se encontró una carta pequeña donde sólo estaban escritas dos apalabras con un trazo irregular e infantil, te amo.
Nadie más que las ancianas del pueblo saben si esas palabras que pronunció fueron sacadas de una de sus muchas novelas o si fueron las únicas que salieron realmente del corazón de la vieja Ignacia.
Por más que pregunté a hombres, mujeres y niños, nadie me contestó. El pueblo había olvidado a Ignacia, la casa había sido tapiada, la calle de los gatos, se llenó aún más de gatos, y la casa de Ignacia siguió llena de fantasmas del pasado. La aldea podía dormir en paz, la mancha negra no corría por ella ahora, ni se escondía tras esquinas y plazas, ahora estaba atrapada en una lejana casa tapiada.


27 de febrero de 1991

Cuentos

Un pequeño juego para una tarde lluviosa y fria. Parece que el refrán del 40 de mayo se cumple a rajatabla!!

Últimamente además de leer los libros que compré el pasado 23 de abril, me estoy aficionando a buscar ilustradores, hace poco descubrí a Amy Bates, y aquí os dejo algunas de sus preciosas imágenes... Sin embargo no las dejo y ya está!!, sabeis a qué cuentos pertenecen cada una de ellas???.

Feliz día del libro!!

"Creo que la lectura hace que el lector demuestre una sensibilidad hacia el mundo exterior que a veces le falta a la gente que no lee. Sé que puede parecer contradictorio, porque, al fin y al cabo, leer es un acto tan solitario que parece representar un aislamiento del día a día, pero la lectura, sobre todo si se trata de ficción, nos anima a ver el mundo desde perspectivas nuevas y complejas.
Siempre he considerado que la ficción actúa como prisma, que se lleva la realidad de nuestra existencia y la divide en las partes que la componen, lo que nos permite verlas de una manera completamente distinta. Nos permite habitar la conciencia de otro, y eso es la antesala de la empatía, que, para mí, supone uno de los rasgos que definen a las buenas personas."


Hoy me siento como si fuera el día de mi cumpleaños, porque desde que tengo recuerdos de niña chica, me veo con un libro en mis manos o cerca de mí. Así que sé que hoy día del libro tendré seguro un regalo, y no uno cualquiera sino el que es para mí el mejor regalo del mundo, un libro. Todavía no sé cuál será, y por eso la espera de verle me hace desearlo aún más. ¿Será un libro grande de tapas duras y encuadernación cuidada, o tal vez uno pequeño que se esconda en el bolsillo de mi chaqueta?, será un libro cruel o fantástico?. Tal vez me haga llorar, incluso podría llegar hasta enamorarme de el, no sería el primer ni el último libro con el que veo amanecer...


Lo que sí sé es que durante los segundos, minutos, horas que rebusque entre estanterías y mesas, en la librería, no existirá nada más en el mundo que mi libro y yo, buscándonos el uno al otro hasta encontrarnos, y que seguro, cuando salgamos por la puerta juntos de la mano, comenzará la más bonita historia de amor nunca contada... a lo mejor en el futuro la podais leer, en un libro.

Os regalo una rosa porque el libro ya os está buscando!! Feliz día!!

Tiemblo... me estremezco

La semana ha empezado y terminado de la misma manera, con un libro entre mis brazos. El de ayer, que terminé casi de una sentada se titula Temblor, su autora Maggie Stiefvater. He leído muy buenas críticas de el por internet, y en cantidad de blogs leeremos que es una preciosa historia de amor y... sí, lo es, pero no me ha hecho temblar en demasía. Igual que el boom vampírico cuando se publicó Crepúsculo de S. Meyer, surgieron vampiros y vampiresas por centenares en librerías, bibliotecas y bancos del parque. Ahora esta historia me recuerda a los otros protagonistas de la citada tetralogía, los hombres lobo, los licántropos, ya que el protagonista de esta infortunada pareja es un miembro de este clan fantástico. Al contrario de lo que estamos acostumbrados, estos seres al filo de la humanidad no se transforman cuando sale la luna (aviso a los lunáticos, mañana es luna llena...auuu!!), sino cuando el otoño deja paso al frío y al invierno. Así que nunca mejor dicho ,a lo único que pueden aspirar Sam y Grace (los personajes del libro), es a un amor de verano... o tal vez no.

Entre palabras y aullidos, surge la poesía, la que él le regala a ella, de Rilke.

¿Cómo sujetar mi alma
para que no roce la tuya?
¿Cómo debo elevarla
hasta las otras cosas, sobre ti?
Quisiera cobijarla bajo cualquier objeto perdido,
en un rincón extraño y mudo
donde tu estremecimiento no pudiese esparcirse.

Manzanas

Hoy, a pesar de ser lunes, o tal vez gracias a eso, ha sido un bonito día. He hecho los deberes, he puesto la lavadora, cociné un poco, pero sólo un poco, pasaron entre mis manos un centenar de libros, y al final me regalaron uno... un libro y muchas sonrisas. Y además he retomado mi blog, que es como mi pequeña casa, llena, cómo no! de libros.

Cuando volvía a casa después de un paseo para ver el mar, en el escaparate de una tienda he visto un cuadro, y me he acordado enseguida de que lo conocía, que ya lo había visto antes, en un blog, el de mi amiga bibliotecaria Mónica. Qué extraña coincidencia, será el original?, al menos lo parece... me gustaría tenerlo en casa pero me conformo con verlo en ese escaparate cada día hasta que alguién por fin se lo lleve. Mientras tanto será mío.

Para todos dejo un trocito de poesía, porque aún no lo leí entero... pero esta noche se viene conmigo a la cama.


Imagino palabras.

Unas palabras ciegas

que masticar deprisa

para no hacernos daño:

que el amor de verdad,

el que escapa a los gritos,

al tedio de semanas mellizas,

a reproches y celos y amarguras

no es sólo Literatura.


Anatomía de un ángel hembra, Pedro Andreu

De regreso

Después de unos cuantos meses de nervios, horas y horas sentada en la misma mesa, frente a la misma pared y con el alma en vilo, como suele decirse, regreso otra vez con más ánimos y más esperanzas que antes. Hay que seguir caminando, encontrando nuevas metas, nuevos libros y sobre todo nuevos amigos.
Mil gracias a tod@s por los mensajes de ánimo, que durante este tiempo habeis ido dejando, han sido un gran apoyo!. Ahora con el comienzo de la primavera y de mi nuevo año, voy a dedicarme como siempre a devorar libros y más libros!
Espero que los saboreeis tanto como yo.