En una hora de amor hay una vida entera, Balzac

Con muchos meses de retraso, por fin me decido a publicar una entrada, que tiene como protagonista principal a Murakami. En ocasiones las personas, las situaciones, te persiguen, los encuentras una y otra vez en mil sitios diferentes, y esto me ha sucedido con Haruki. La primera fue una elección consentida. Leímos en el club de lectura de la biblioteca, After dark, lo recomiendo porque es un libro en apariencia sencillo pero con una gran cantidad de mensajes. Tras este primer encuentro comencé a leer La gramática del amor, de la escritora Rocío Carmona. Debo decir y no me enorgullezco de ello, que elegí este libro y no otro por su cubierta! La ilustración que lo adorna es un dibujo de Meritxell Ribas. Conocía desde hacía poco a esta ilustradora, y casualmente el fondo de pantalla de mi portátil era en ese momento uno de las ilustraciones del mencionado libro. Tenía que leerlo, así sin más. Pero también me atrajo su título, todo hay que decirlo. Y fue aquí, entre las páginas de este libro juvenil, dónde tropecé por segunda vez con Murakami.


La historia del libro es la de Irene, una joven estudiante que nada más comenzar el curso se lleva su primer desengaño amoroso. Uno de sus profesores que se percata de la crisis que ella está sufriendo, le propone realizar un trabajo paralelo al curso, para aprender la asignatura que todos deberíamos tener en algún momento de nuestra vida. La de la gramática del amor. Para ello, la alumna deberá leer una serie de lecturas recomendadas por el profesor y hacer un trabajo sobre lo aprendido. El primer libro que Irene leerá será, Al sur de la frontera, al oeste del sol de.... ¡sí!, Murakami!

"Y ella, al tomarme de la mano, me las enseñó. Me enseñó que en el mundo real existía un lugar como aquél. Durante diez segundos tuve la sensación de haberme convertido en un pajarillo perfecto."

Tras terminar de leer este agradable libro, que combina buena literatura y buena música a partes iguales, una se queda con un buen sabor de boca, y con la esperanza de que su lectura anime a muchos jóvenes a leer todos los libros que propone el profesor, desde Murakami, pasando por Jane Austen, García Márquez, o la Karenina de Tolstoi.

Pero yo, no satisfecha, he querido más Murakami, y ahora estoy leyendo De qué hablo cuando hablo de correr, que no es propiamente dicho una novela, sino la experiencia del escritor en su pasión por correr, o más bien su necesidad, ya que para él correr es vital.


Jamás me gustó correr, de hecho la gimnasia era una de las asignaturas que o suspendía o aprobaba rasante, y dar vueltas y más vueltas al patio del instituto mientras todos tus compañeros de clase te iban adelantando era de lo más humillante que se puede vivir a esas edades. De igual manera me parecía injusto que quien corriera más rápido tuviera más nota, en resumen, que me quedó un trauma con el correr. Sin embargo mientras leo este libro, me entran ganas de hacer aquello que en un momento de mi vida tanto odié. Así que ya me veo con mis zapatillas de deporte, la coleta bien apretada, los auriculares puestos y corriendo por el paseo marítimo mientras se pone el sol. Si nos cruzamos, espero me saludes, aunque es posible que sólo pueda decirte adiós con la mano! Mientras, seguiré como el escritor recitando su mantra:

"Pain is inevitable, suffering is optional:


el dolor es inevitable, el sufrimiento opcional, depende de uno"

Amar los libros

Recién estrenado abril, el jardín se ha llenado de flores y de setas pequeñitas, y en casa tengo la impresión de que hay una plaga de libros. Parece increíble con lo pequeña que es mi casa-naranjo, la cantidad de libros que han surgido por todas partes, hay libros en las estanterías (esos son los más formales), en el sofá descansan tres o cuatro, la cocina también ha sido invadida, igual que la mesita donde debería estar la televisión y hasta en la bici me pareció ver uno el otro día. El único lugar dónde han mantenido cierto orden es en mi habitacion, la mesilla de la izquierda para las novelas, la de la derecha para la poesía. Así para mí es más fácil. Según las apetencias lectoras de cada noche duermo a un lado o a otro de la cama. No es pues de extrañar que esté totalmente de acuerdo con Jesús Marchamalo cuando dice en su precioso ejemplar Tocar los libros:


"Porque hay que reconocer en los libros una sorprendente capacidad colonizadora. Ocupan una estantería tras otra y cuando consiguen desbordarlas, su germen -como arrastrado por invisibles esporas- anida en otro lugar inexplicablemente alejado, recóndito, inaccesible de la casa."


En un mundo de realidad mágica, dónde tal vez también los libros se reproduzcan por esporas, en el que algunos animales se vuelven albinos cuando les roza la mirada de un ser irreal, las medusas al morir desprenden miles de colores, y algunas personas se transforman en cristal, es donde trascurre La chica con los pies de cristal de Ali Shaw. Primera novela de este escritor inglés, llena de magia, de personajes ansiosos de ser felices, y de paisajes maravillosos e irreales. A pesar de la portada, tal vez un poco infantil, no es un libro para niños. Finalmente la realidad se impone a la magia, mostrándonos de una manera magistral los sentimientos más profundos de los protagonistas del libro. Un libro que engancha, tierno, delicioso y un poco melancólico, como un paisaje brumoso en tierras frías e inhóspitas.

Osos, tréboles y cia

Tengo el corazón patas arriba, o tal vez sea que de nuevo me dió por andar boca abajo y se me fue todo al otro lado... en fin, resumiendo que hoy es fiesta. A mi blog le crecieron hierbas por todas partes, ninguna de cuatro hojas, no me quejo. No todas son verdes, y el conjunto si lo miras con cierta perspectiva resulta bonito. Todavía no me decido a arrancarlas, les tomé cariño, en la soledad de mi planta baja, me hacen compañía y con la música que les pongo crecen lozanas. Pero pongámonos en marcha, tengo muchas cosas que hacer, sobre todo vivir, parece mentira pero me ocupa todo el dia, y a veces hasta parte de la noche.

Y eso de vivir ...vivir tu vida… desnuda, inmediata, rechazando las supersticiones, las convenciones y los dogmas, como leí hace poco me trae a la mente otra frase no de Elíade, sino del último-primer libro leído este año: la verdadera vida no es la literatura: la verdadera vida es la vida verdadera, Comte-Sponville me revuelve las ideas, ¿leer novelas es perder el tiempo?, cuántas horas he estado leyendo novelas que hablan de la vida, pero que realmente no son la vida, y ese tiempo "perdido" ¿no habría sido mejor dedicarlo a vivir la vida? Así que André ha decidido que ya ha leído bastante literatura, una novela nunca es más que una distracción, diría Pascal, ¡y yo conozco tantas otras más agradables!.... es verdad: cocinar, saltar, comer, brincar, soñar, tropezar, reir, amar, vivir, vivir, amar la vida, y no dejar nunca, nunca de hacer el ridículo.
El ridículo es lo que hace mi corazón escalando por mis piernas, no se dónde piensa llegar, ha sublevado al resto con arengas sobre el amor y todos se han puesto en huelga. Soy incapaz de respirar por la nariz, mis ojos parecen dos cataratas y se niegan a ver más allá del pañuelo de papel. Desesperada en esta situación empiezo a dudar si podré leer algo, y mucho menos escribir nada que tenga sentido. La fiebre en breve me hará delirar, si no lo ha hecho ya, y pienso además que es ella la culpable de que mi pequeño corazón se ponga a brincar como un cosaco cada vez que te recuerda. Y entre los dos se han compinchado para que me sienta débil, ñoña, con ganas de sofá, mantita y abrazo de oso de mil horas y una más. Así que voy a intentar poner música tranquilita por si es verdad eso de que ésta amansa las fieras.

...Después fue tanto invierno miserable
y mendigar apenas migas
de cariño en tabernas, bibliotecas,
paques municipales.

El frío, Pedro Andreu

Mi naranjo

Veamos, tareas pendientes desde el último post...leer algún libro infantil juvenil, vale. ¿Libros leídos desde entonces que sean de esa categoría?...umm, lo sé!!!!, lo siento!!!! Lo reconozco, me he enganchado a la saga vampírica de True Blood. Hola, soy eva, y soy vampiroadicta. Pero no es para tanto, también he leído una secuela de Orgullo y prejuicio, escrita por Coleen McCullough, en la que se cuenta qué fue de las hermanas tras las maravillosas bodas de las mayores, tras su lectura nunca volveré a pensar en Darcy como antes... snif. Ejem, que lo estoy arreglando ¿no? También he devorado las hojas de un libro pequeñín que cuenta una historia de lo más entretenido, un chico encuentra a una chica, pero se conocen sólo a través del mundo virtual, es decir sólo se escriben mails!! uau!!, super original verdad? Acaba de salir publicada la continuación, Cada siete olas de Daniel Glattauer, y ya la he empezado. A pesar de todo no puedo huir de mis obligaciones, y entre libro y libro, cuentos cortos y relatos, de Cortazar y de una escritora brasileña llamada Nélida Piñón.
Por si fuera poco durante este mes pasado además, viajé a Jordania, pasé una noche en el desierto, me bañé en un mar sin vida y no comí cuscus. A mi regreso cambié de casa, y ahora tengo a mi cuidado un naranjo, un pequeño limonero y algo todavía sin identificar, por si alguien sabe qué puede ser, pongo una foto. Ah!! y otra cosa buena, por fín tengo un horno, así que ahora sólo me faltan las fresas.



Come, reza, ama, ama, ama!!

En esta entrada voy a desviarme un poco de lo que es la tónica del blog, es decir literatura infantil y juvenil, buf, ¿el motivo?... bueno sinceramente, llevo prácticamente todo el mes de septiembre leyendo, pero otro tipo de libros, de esos que llamamos "de adultos". Al terminar de leer varios de ellos me he dado cuenta que me identifico con los, mejor dicho las protagonistas, y me entran unas ganas terribles de hacer cosas, de investigar, de estudiar, de aprender, de viajar, de seguir creciendo en definitva. Con Los ojos amarillos de los cocodrilos deseé reanudar los estudios de historia medieval, de paleografía y hundirme de lleno en el estudio de los manuscritos de la biblioteca donde trabajo. Ahora mismo con Come, reza, ama me ha sucedido algo similar. Por supuesto viajar, pero eso no me viene tras leer este libro, que narra el año sabático de una escritora (Elizabeth Gilbert) y sus viajes y descubrimientos a través de Italia, India e Indonesia, viajar viene de mucho antes, pero sí me ha despertado el querer hacer yoga. También lo tenía antes pero ahora con el añadido de querer aprender mucho más, no sólo de ir a las típicas clases donde realizas algunas asanas, y ya está, quiero más, quiero adentrarme en ese mundo y aprender. Me ha pasado también, sobre todo durante su viaje a Italia, que se me han acrecentado las ganas de cocinar, ojalá tuviera un horno!!, quiero hacer este maravilloso pastel de fresas!!, de momento hoy me he contentado con las lentejas...

Curiosamente también me ha llamado la atención que en ambos libros la protagonista es una mujer con pareja que acaba quedándose sin pareja, que además pasa una muy mala racha, que tiene la autoestima por los suelos y que termina siendo inmensamente dichosa sentimentalmente hablando..... ummm, vale de esto también me han entrado unas ganas tremebundas. Así que con ganas de todo espero que la próxima vez me entren ganas de leer un libro juvenil!.

La evolución de las especies

Hace ya más de dos semanas que terminé de leer La evolución de Calpurnia Tate de Jacqueline Kelly, libro que me enamoró desde que lo ví en la librería por su llamativa portada amarilla, no tenía muy claro si era un libro eminentemente juvenil, o más bien destinado al público adulto.
Tras leerlo una se da cuenta de que es de esos libros que no tienen edad definida, ni incluso época o moda definida, no se le puede incluir en esos libros que entran todos en la moda del momento (por ejemplo libros vampíricos). Es de los que estarán ahí para siempre porque es una historia divertida, entrañable, tierna, deliciosa en fin... leyéndolo me transportaba a cuando era niña y leía, qué digo!! devoraba los libros de los cinco, o El jardín secreto.
Calpurnia, una niña de once años y protagonista de esta novela vive rodeada de chicos porque ella es la única hija de una familia que cultiva pacana en un pequeño pueblo rural de Texas, es por ello que desarrolla una gran curiosidad por la naturaleza que la rodea. Vivirá junto a su abuelo, que la iniciará en las teorías darwinianas, una serie de exploraciones del mundo natural que haran que se plantee un futuro diferente del que sus padres desean para ella, basado en la creación de una familia, y el aprendizaje de las tareas domésticas que una buena señorita debe conocer.
Leyendo este libro vuelves a ser niña, es verano y cuando todos descansan en la hora más calurosa del día escapas de casa, para bañarte en el río, o para seguir las huellas de algún animal, o sencillamente para mirar el cielo y contar cuántos pájaros pasan por sobre tu cabeza... o coges las bicicleta dispuesta a llegar más lejos de lo que nunca antes llegaste, alejándote peligrosamente de casa, de la seguridad y lanzándote a la aventura, sientiendo que todo el mundo está frente a ti para que lo descubras. Aunque ahora que lo pienso, tal vez ya no utilice la bici pero sigo teniendo el mundo delante de mí con tantas maravillas por descubrir.

Más cuentos

En estos días calurosos en los que a según qué horas del día apetece hacer menos que nada, excepto sentarse a la sombra de un gran árbol, con un libro entre las manos y el piar de los pájaros de fondo... os propongo de nuevo un juego de adivinanzas.
¿A qué cuentos pertenecen estas preciosas ilustraciones?


























Para l@s que quieran seguir investigando en est@s ilustradores tan geniales, aquí os dejo algunos enlaces a sus webs personales y a sus obras.

Anne Aubry, Pavel Tatarnikov, Kang San, Kestutis Kasparavicius, Quentin Gréban